Algunos han pedido un informe en español. Aquí va.

Hoy decidí tomar un día de descanso. No estoy turistiando. Este donde estoy no es lugar turístico. Solo necesitaba recargar las pilas ( literalmente y figurativamente) y lavar la ropa de ciclismo cuyo olor cada día volvía más desagradable. Retomaré el camino mañana.

Hasta ahorita he rodado unos 1,200 km en un viaje de bicicleta desde el punto norte de Noruega en Nordkapp hasta Saltstraumen. La meta es Bergen, si Dios me permite llegar. Queda unos 1,700 km de aquí. Llevo 12 días de rodada y dos de descanso contando hoy. Tengo 18 días mas para poder alcanzar mi vuelo que sale de Bergen el 8 de agosto. (Al escribir esto, siento la presión. Tal vez mi día de descanso fue desaconsejado)
Mi camino es la ruta por la costa atlántica marcada como una de varias rutas que crucen Europa. Es la sección de Noruega de la Ruta 1 de Euro Velo que extiende desde Nordkapp hasta el sur de España. He cruzado camino con cientos de ciclistas, la mayoría de Europa. Y la mayoría de ellos viajan hacia el norte. Yo decidí iniciar en el norte y viajar al sur. Otros han viajado a Nordkapp (hacia el norte) y ahora están de regreso. Tienen meses viajando en bicicleta. Yo no aspiro a tanto. Esa gente tiene todo mi respeto.

Si no llego pedaleando a Bergen, llegaré por algún modo de transporte, probablemente por ferry, el modo indispensable de transporte aquí. De hecho, mi camino incluye varias ferries donde subo al barco igual que los carros y nos pasan a la otra isla. La costa de Noruega es realmente una serie de islas y fjords…y montañas. Si no estoy dando vuelta de un fjord (como un dedo de mar que se mete a la costa) estoy cruzando un puente o pasando al otro lado en ferry. Si no estoy subiendo a una montaña, estoy pasando por un túnel. Los puentes y los túneles, obviamente, traen sus desafíos para un ciclista. Dos túneles de mi camino hasta ahorita no eran para evitar una subida, sino para pasar por debajo del agua. Estos fueron una aventura en sí. Cómo entrando a Kazadum si has visto El Señor de los Anillos.
Pero son los puentes que me exigen más valor. No me gustan las alturas, son angostos y corre algo de aire aquí y más cuando uno está en el punto más alto. De hecho, antes de subir al puente hay un letrero electrónico informando sobre la velocidad del viento.

Con todo eso, pedalear en Noruega ha sido una aventura y un desafío. Pude haber conocido algo de Noruega como turista como los miles y miles de Europeos que viajan en sus autocaravanas en los mismos caminos que estoy explorando en bici. Ciertamente no me hubiera costado tanto trabajo. A veces pienso en eso cuando veo que tan cómodos se ven en sus autocaravanas. Pues, no necesito andar en bici para poder probar una hamburguesa de ballena, o un hot dog de carne de reno. Ni para ver las vistas hermosas cada vuelta del camino revela.


Pero hay una medida de satisfacción en llegar a un nuevo destino diario por tus propias fuerzas físicas. Así opino yo. Además, no estoy viendo el mundo encajonado en metal y vidrio. Realmente estoy sintiendo y oliendo el ambiente. Lo que he sentido desde el principio es el frio. Es lo que viene con andar en el Círculo Artico. 15 grados centígrados ha sido el promedio esta semana.
Al mismo tiempo, me veo llegando a apreciar las cosas que a veces tomo por sentado, cómo estar seca y caliente en el frío, o tener un lugar – una camita en una casa de campaña – para dormir en la noche. O algo sencillo para llenar el estómago después de un día de trabajo. Me veo apreciando la vida muy básica.
Supongo que pudo haber hecho un viaje similar más cerca a casa, pero quería escapar el calor (aún antes de saber que iba a hacer tanto calor al otro lado del mundo). Con este viaje he logrado eso sin duda. Y quería conocer un lugar nuevo. Hasta ahorita Noruega es todo eso y más.


































